Anocheciendo en Málaga. Gibralfaro, 29 de julio, 2011
El verano lentamente se despide. Así ocurre siempre en Málaga. A veces, se da media vuelta y retorna fugazmente en octubre. Para mí, la nueva estación significa volver a la intensidad del trabajo diario y del estudio. Lo cual me representa leer menos de lo que nada tiene que ver con mi profesión. Una pena, porque mi vida personal tiene otros intereses aparte de los profesionales. Todo esto lo compenso como buenamente puedo. Hago más ejercicio y realizo actividades que me llevan poco tiempo. Por ejemplo, ir al cine o verlo en casa, en DVD o en Blue-Ray, la televisión me interesa mucho menos. El cine en casa tiene la ventaja de verlo, siempre que se dan las circunstancias propicias, en familia. Puedo ir al video club del barrio y elegir una película que creo le va a gustar a mis hijos, especialmente al mayor. Así lo engancho y paso un rato con él. Luego intercambiamos impresiones y preguntas. Ahora, con esto del blog, tengo además la oportunidad de dejar un comentario escrito, ilustrado con algunas fotos, paisajes ilustrados con letras o viceversa. Pero en ambos casos, son imágenes e ideas no premeditadas sino que han brotado espontáneamente en el devenir de mi vida. Así, por ejemplo, tengo la intención de colgar un comentario sobre una película que vimos hace dos semanas, “La deuda”, (“The debt”) de la que extraje una impresión muy favorable y también de otra que vimos hace unos días en casa, en familia, me refiero a “Sin identidad” (“Unknown”). Como ambas tienen que ver con la ciudad de Berlín voy a aprovechar que tengo que desplazarme hasta allí el próximo viernes 7 de octubre para sacar algunas fotos que sirvan de acompañamiento. La visitamos por primera vez en 2006 para asistir al Congreso Europeo de nuestra especialidad y salimos encantados de su hospitalidad y belleza, y no digamos de sus museos. Nunca olvidaré aquella exposición temporal "única" que reunía buena parte de la obra de Rembrandt, una verdadera suerte coincidir y poder contemplarla. Sólo faltaba la “Ronda de Noche” y mira por donde, pudimos también verla pero en el museo de Amsterdam, en diciembre pasado.
Bueno, esto ha sido un paréntesis. Detesto hablar de mí, ¿a quién podría interesarle? Además, lo considero de mal gusto; no que alguien hable o escriba de si mismo sino que lo haga yo. La semana que viene, vuelvo, D.M.
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