Nishida Kitaro y su idea de "basho" (I)


Candelario, viernes 21 de abril, 2017

[entrada del blog revisada y modificada por última vez el 31/07/2019]

Hagamos un breve repaso de lo que apuntamos en la entrada anterior:

"La fuerza de una presencia roba al hombre el lenguaje, lo deja sin palabras. El mundo preconcebido por el lenguaje se resquebraja, queda atravesado, "abierto". Sin-habla el hombre se convierte en “¡Oh!”. La presencia inexpresable que nos deja sin habla se hace palabra en este “¡oh!” y como este “¡oh!” que todavía no pertenece al lenguaje pero actúa como pro-logos no-verbal previo al lenguaje a través del cual se abre de nuevo el camino al lenguaje..."

Y añadimos, ya por nuestra cuenta: quizá se comprenda cómo puede el hombre convertirse en ese "¡oh!" acudiendo a la idea de basho de Nishida Kitaro, maestro de Shizuteru Ueda. Hagamos, pues, un inciso aclaratorio y expongamos aunque solo sea brevemente la idea antes de volver a nuestro asunto del lenguaje y el zen.






Nishida Kitaro parte de la opinión que la filosofía moderna tiene del yo. Según el autor japonés: 

"El yo es el lugar (basho) en que las cosas se hacen manifiestas 
y son reflexionadas". 

La expresión recuerda vagamente aquella otra de "pienso, luego existo" de Descartes, el padre del idealismo moderno . 

Descartes creía que solo el pensamiento existe absolutamente. Todo lo demás no es otra cosa que pensamiento. Así fijó la tesis fundamental del idealismo. Yo puedo afirmar que existo y que existen las cosas porque me hallo a mí mismo y a todas ellas en mi pensamiento. De esto ya nos hemos ocupado en otras entradas del blog. 

Nishida es más modesto. Está de acuerdo -cómo no estarlo- en que el pensamiento es real pero no que represente la realidad absoluta, no que todo sea pensamiento. Sin embargo, usa el término conciencia, deslizándose peligrosamente hacia la tesis idealista. 

La cuestión que se plantea entonces es la de si el término "lugar" -basho- que usa en su definición del yo equivale o quiere decir lo mismo que los términos "conciencia", "pensamiento" y "conocimiento" empleados por el idealismo

En un pensamiento podemos encontrar siempre al sujeto pensante y al objeto pensado. Según 
Nishida, el yo verdadero no es ese sujeto ni la reflexión a la que se refiere tiene que ver con ningún objeto

En su noción de "lugar", lo lógico y lo sensorial, lo subjetivo y lo objetivo, en suma, el yo y las cosas, están unidos y acontecen simultáneamente. Forman, siendo diferentes, una unidad contradictoria. En cambio, en el pensamiento, sujeto y objeto no están de ninguna manera unidos sino separados. No forman en ningún caso una unidad. 

La conciencia de la que habla Nishida es diferente al pensamiento. Al decir "mi conciencia" no debemos suponer que este “mi”, que este “yo” existe desde el principio como tal “yo” [= un sujeto separado y aparte de las cosas] sino que “el yo es llegar a la conciencia”, “autodespertar”.  

En el "autodespertar", el yo y las cosas despiertan a la vez y sin separación.  cosas. Y el lenguaje que usa las refleja tal como acontecen: "la flor florece", "la luna brilla", "el pájaro vuela", "el río fluye"... 

Nishida no debería quizá usar el mismo término para referirse a cosas que son diferentes¹.

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¹Ortega ha ofrecido una visión bastante rigurosa de este asunto: véase su ensayo "El tema de nuestro tiempo" y su prólogo para la edición alemana, o sus cursos universitarios recogidos en la colección El Arquero: "¿Qué es filosofía?", "Unas lecciones de Metafísica". Aunque Nishida es todavía más audaz. 

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